lunes, abril 26, 2010

Perder es ganar muy poco

Otra vez, de repente, defenzor había tomado una de esas decisiones extrañas. Aires lo llevaba a la mítica capital del departamento del Amazonas. Allí, por cosas de la vida, del desempleo, lo esperaban sus grandes amigos del colegio. Mono lleva varios meses viviendo allí administrando el almacén del hermano. Checho está desde febrero, consiguió trabajo en la embotelladora de Coca-Cola. Marioñu llevaba 1 semana, había ido en busca de empleo, pero la situación no era favorable.
defenzor arribó a las 2 PM pasadas, apenas salió del avión se chocó con el calor y la humedad de esa maravillosa tierra. El objetivo del viaje era claro, conseguir el puesto ofrecido, y disfrutar con sus amigos que no había visto en meses. Sin embargo, el boleto de avión se pago prácticamente solo al presenciar la majestuosidad e inmensidad de la selva amazónica desde la ventanilla del avión.

Gran sorpresa se llevo defenzor al ver al Mono, su pelo largo como hace muchos años, gordo y cachetón como nunca antes lo vio. Estaba bien, estar allí le había ayudado mucho a mejorar la ruda condición en la que estaba cuando vivía en Bogotá. A Checho no lo vio sino hasta la hora del almuerzo, el mismo muérgano de siempre, los saludos no fueron tan efusivos como con Mono, pero igual si fueron llenos de alegría.

La entrevista del trabajo era a las 5:30 PM, pero no lo pudieron atender, lo citaron a las 8 de la mañana del día siguiente. Otra vez usando los zapatos elegantes de Marioñu, llegó puntual a la planta pero tuvo que esperar 1 hora, finalmente la persona del laboratorio le hizo unas complicadas pruebas de conocimiento y después de revisarlas comenzó con una entrevista. Todo resulto bien. Era el momento de conocer a la jefa de recursos humanos para la segunda entrevista, era la hija del dueño de la empresa. Otra entrevista notable, era muy probable que el cargo era de defenzor, lastimosamente las condiciones contractuales eran muy, muy precarias.

Al día siguiente una nueva entrevista, esta vez solo para informar lo que ya se veía venir, por primera vez en 2 años defenzor conseguía un puesto de trabajo. Sin embargo, las continúas conversaciones con sus grandes amigos, familiares y personas allegadas contribuían a la decisión a tomar. Durante la entrevista defenzor logró que el sueldo aumentara tan solo 100.000 pesos más de lo que ofrecían (son de conocimiento público las nefastas aptitudes de negociación del protagonista de este blog), “algo es algo” pensó.

Un nuevo día y es citado para comenzar a realizar las actividades de ingreso a la compañía, defenzor se presenta para aplazar su decisión de aceptar o no el cargo, la empresa acepta a regañadientes, es apenas obvio que no conseguirán un candidato con su perfil. Lo tienen que esperar, debe regresar a Bogotá a organizar con la universidad el semestre en curso. El tiempo pasó y la decisión final fue perder esa oportunidad de trabajo.

Pero no todo fue trabajo, sin duda el paseo fue inolvidable para defenzor, poder compartir con Mono todos las tardes sentados junto a él, en el almacén, haciendo chistes, contando las cosas que han pasado, hablando de futbol de nosotros, como antes, como cuando éramos jóvenes, fue algo que tanto Marioñu como defenzor, disfrutaron y aprovecharon al máximo, volver a encontrar a un amigo es algo que es muy gratificante. Que si conoció esto o tal lugar, que si hizo aquello o lo otro, no importa, la sensación que les quedo es la de alegría y tranquilidad, la de saber que en lo que permita el tiempo por allá andarán nuevamente, para volver a ver a sus amigos y hacer todo lo que faltó.