sábado, octubre 29, 2011

Millonarios Campeón

Durante toda su vida defenzor, planeó al detalle cómo sería la celebración cuando finalmente viera al equipo de su alma, Millonarios, se coronara campeón. Y cuando llegó el momento, el pasado jueves en la noche, las cosas fueron completamente diferentes.

El día iniciaba muy temprano en el consultorio de su psiquiatra, era su primera cita y allí defenzor le contaba lo más relevante sobre su situación (a la que a partir de acá denominaremos Neil), la doctora escuchaba atentamente y daba sus impresiones, preguntando cada vez más, hasta que la charla termina en detalles, un acuerdo para continuar con el proceso una vez a la semana, la formulación del medicamento PAROXETINA, para cuidar de Neil, y 15 minutos después de la hora de entrada a su trabajo.

Si, si señores, defenzor trabaja como analista de reportes en una empresa exportadora de carbón ya hace un mes. Finalmente consiguió trabajo de una manera poco amistosa con su pensamiento pero al final, lo importante era que lo obtuviera. De lunes a jueves viste de traje y corbata, usa su vestido azul con que se graduó en el colegio en el año 2000, un vestido gris del año 2001, un vestido negro comprado para su primer trabajo en el año 2006 y otro negro con líneas comprado en el 2008.

Ese día vestía el traje del 2006 con una corbata azul, toda la mañana estuvo concentrado en su trabajo, su jefe no había ido a la oficina, por lo cual su otra jefa estaba a cargo. Ella, hincha furibunda de Millos, no había conseguido boleta para ir al estadio pero de todas maneras se le notaba la alegría y emoción en la cara. defenzor finalizó sus labores a las 2 PM del día, igual si tuviera mucho que hacer no tendría cabeza para hacerlo, había demostrado una calma inimaginable para todos los que lo conocemos, la ansiedad no lo había puesto si quiera nervioso. Ya se podía ir pero no lo quiso hacer, le daba miedo dejar su trabajo tan temprano, un signo inequívoco de cambio con aquel muchacho que en el año 2007 renuncio y dejo su trabajo botado por ir a ver a Millos a Chile.

Ya eran las 4:30 PM y defenzor caminaba por la calle 85 con su camiseta de Millos amarrada al cuello, la opción que había tomado era irse en TransMilenio. Cuando estaba en la estación y esperaba el bus, le pidió a una hincha de Millos que le ayudara a pintar la cara, tres líneas atravesarían su rostro el resto de la jornada, la gente que llegaba miraba sorprendida a un tipo en corbata con la cara pintada y en su mano la camiseta de Millonarios del año 1994. El bus repleto reunía a hinchas y trabajadores, todos en silencio, todos en concentración. Al llegar al estadio, el 70% ya estaba adentro, desde afuera se escuchaba la algarabía, por el Coliseo los CADC organizaban la nueva bandera, una nueva "anaconda" mucho más grande a la histórica de los años 90. Después de un largo trayecto caminando finalmente pudó entrar, ver el estadio casi lleno, encontrare con su papá y con Chepe que estaba junto a él.

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“El arquero del Boyacá Chico despeja mal, desde mi buen puesto en oriental veo como Mayer Andrés Candelo alcanza a estirar su pierna e intercepta el balón, le queda en sus pies, solo se interpone un defensa. Candelo engancha hacía su derecha, logra engañar a su rival y sorprendentemente le gana en velocidad, queda justo al arco "

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El árbitro toma el balón en sus manos y los cantos finalmente tienen sentido, Millonarios de Bogotá se corona campeón de la Copa Postobon 2011, defenzor alza los brazos al cielo sin decir palabras, todo lo que se imaginó sentir en ese momento es reemplazado por una sensación de alivio y tranquilidad, la alegría se ve reflejada en abrazos emotivos, se empieza a saldar una deuda de 28 años, una deuda que solo quedará pagada cuando se logre la estrella 14.

Los jugadores se abrazan, saltan, lucen camisetas Adidas conmemorativas del campeonato, Edison Toloza, delantero azul, corre hacía oriental se quita su camiseta y la lanza a la tribuna, la camiseta vuela por los aires, cuando deja de ascender la camiseta se abre, parece que todo estuviera en cámara lenta, defenzor la ve muy lejos, la camiseta llega al pico de su movimiento parabólico y empieza el descenso, se agrupa en sí misma, la última gota de sudar que Toloza dejó en ella ayuda a darle un peso significativo, la camiseta toma una velocidad inesperada, defenzor se lanza al aire a tomarla, no lo logra, la #14 esquiva una decena de brazos y cae fulminantemente en los brazos de su padre, él la asegura fuertemente, parece un receptor de la NFL, logra metérsela entre el pantalón mientras los demás forcejean por una que no es.

Millos da la vuelta olímpica y defenzor y su padre están ubicados en otro lugar luego del altercado sufrido por la camiseta, ya pasaron por el puesto de salud y ahora tratan de disfrutar lo que se ve desde allí como puedan, están nerviosos y contentos. Al salir hacia al parqueadero la hinchada esta enloquecida, se siente que la celebración es afuera, ni siquiera de los jugadores, son los hinchas los que se encargan de hacer valer este campeonato, los Comandos Azules cantan y toda persona existente en ese lugar sonríe, hay abrazos por todo lado. De repente uno de los comandos detiene a defenzor, le pide una foto, defenzor acepta y grita con toda su alma “Millonarios Campeón Hijueputa” la foto nunca la verá.

La hinchada camina en caravana celebrando y cantando hacia el Parque Simón Bolívar. defenzor y su padre van a recoger a Anés, la ciudad es un caos, la hinchada Millonaria se ha tomado la ciudad, logran su cometido y al regresar al parque, el cansancio los ha vencido, defenzor siente que ha celebrado y sobretodo disfrutado lo suficiente, deciden irse a la casa, sin un trago en la cabeza, sin estar siquiera cerca al plan original, solo con una enorme sonrisa en la cara, suficiente para demostrar que ese momento de su vida se llama felicidad.